Sus fundadores visualizaron una institución de excelencia académica y sentido humanista, que enriqueciera el campo profesional de Michoacán. Se edificó sobre los antiguos muros que delimitaban el convento de Dieguinos (complejo que integraban el actual ex convento y Templo de San Diego), retomó parte de la infraestructura del Instituto de Estudios Superiores de Michoacán y emprendió la construcción de una propuesta universitaria oficialmente validada y plenamente reconocida.

La empresa consideró fundar carreras extraordinarias; además, se dispuso a una mejora permanente de sus programas académicos, así como a titular profesionales con las mejores herramientas y ventajas profesionales. Así comenzó la construcción de una institución que no ha dejado de proponer, innovar y mejorar su oferta académica así como la calidad de sus servicios. Desde entonces somos la universidad en constante evolución. 

El nuevo concepto educativo apostó primero por la institución de licenciaturas que aprovecharan los perfiles socio-culturales de la capital. Así, rescató carreras como Periodismo y fundó otras como Historia del Arte. Por primera vez en su historia, Morelia dispuso de estudios profesionales para valorar y exponer: la creatividad, la sensibilidad y las acciones socio políticas impulsadas por el espíritu de sus habitantes. Años después, Turismo Cultural y Negocios Internacionales se sumarían al mercado profesional con el que nuestra institución contribuye al mayor y mejor aprovechamiento de las condiciones geográficas, recursos materiales y patrimonio cultural con el que cuenta todo el territorio michoacano.